Después de estas elecciones autonómicas y municipales los viejos socialistas están con la moral baja y se ven donde se merecen por aquella forma de ver la política de “dejar hacer”, sin atreverse a criticar. El espíritu socialista se ha venido abajo. Las palabras de esas nuevas generaciones de socialistas de nuevo diseño han acabado con sus principios.
El pueblo español no puede con los abusos del poder, y hay tantos... Uno que ha contaminado a los socialistas es la ostentación de varios cargos y varios sueldos. Hay socialistas que se han visto descubiertos en sus empleos y en sus ingresos, que nada tienen que ver con un sentido no socialista ni siquiera social del término bien pagado. No citaré nombres ni puestos, sólo basta encender el ordenador, pues el mundo del Internet está lleno de nombres y cifras.
De lo anterior, que es lo menor, vamos a lo trascendente: en qué ha quedado el PSOE, con esta dirección que lo ha llevado al desastre electoral.
Es muy oído que el PSOE no es ni un partido, ni es socialista, ni es obrero, ni es español.
No es un Partido. Por ejemplo conozco a verdaderos socialistas que viven en Barcelona y no pueden militar en el partido, pues a la fuerza deben estar afiliados a un partido distinto y nacionalista catalán: el PSC. Y así multipliquemos el ejemplo en diferentes autonomías.
No son Socialistas. Han ayudado al gran poder, la banca, y han olvidado a su votante y militante. Han dejado de luchar contra el poderoso y se han convertido en su protector. Han rebajado el sueldo a los más necesitados y miran a otro lado cuando se ven los escandalosos sueldos y emolumentos de todo tipo que se dan a los altos cargos.
Obreros, ni soñarlo. Están ministras y ministros que sólo tienen contacto en un acto al año con los sindicatos socialistas, no saben lo que está sufriendo el trabajador y el obrero con esta crisis, que ahora ya dicen que existe. Obreros no quedan en sus órganos de dirección ni en sus cuadros de partido, quizá algún concejal en algún pueblo de España.
¿Español? No son ni se sienten españoles. Han vendido y descompuesto España por mantenerse en el poder. Se han aliado y cedido su reivindicación y su revolución frente a los no españoles o separatistas, cediendo, y hablo de Cataluña, el poder obrero y español a la peor burguesía de España, los nacionalistas catalanes, que aparte de explotar a los trabajadores les hacen renunciar a su lengua y cultura original y a ser inmersos en la cultura y la lengua de la nación que éstos pretenden crear.
Sólo hay que observar las recientes elecciones en Cataluña para darse cuenta que han perdido la batalla frente al nacionalismo. En los feudos rojos de Barcelona y su cinturón los obreros hijos de inmigrantes viejos votan con alegría y contundencia a partidos de derechas y algunos nacionalistas, y ello es por culpa de los gobiernos socialistas vendidos a los partidos nacionalistas y de derechas. Han dejado solo al obrero, que para ellos ya no existe, no se dan cuenta de ese error.
¿Qué harán ahora? No hablo de elecciones anticipadas, que tienen perdidas, sino de regenerarse y volver a los orígenes de ese partido centenario obrero y vencido. Si han de pasar años y años en la oposición será por que se lo han merecido. De toda manera, el viejo socialista no se merece lo que le ha pasado por tener unos dirigentes y élites que lo han destrozado. España necesita un partido socialista como lo era antes. La ciudadanía necesita libertad de elección, y cuánto más rica sea mejor para todos…....….QUE PAIS.
