viernes, 30 de julio de 2010

23.- Estado de Derecho y CGPJ

Escrito por Antonio Pavón Ortiz

sábado, 20 de septiembre de 2008

En el año 1690 Locke formuló la división de poderes: “Sería provocar una tentación demasiado fuerte para la fragilidad humana, sujeta a la ambición, confiar en aquellos mismos que tienen ya el poder de hacer las leyes el de hacerlas ejecutar”.La división de poderes es el principio de garantía democrática para los ciudadanos que consiste en la independencia entre sí del poder ejecutivo, legislativo y judicial. Entonces los ciudadanos son iguales ante la Ley y con los mismos derechos y libertades, estando sometidos todos ellos, desde el Presidente del gobierno hasta el ciudadano de a pie, al imperio de la Ley.


Ciudadanos, si nos metemos en el túnel del tiempo y trasladamos la fórmula de Locke a la España actual, y en concreto a la elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial por parte de los partidos políticos, parece que en lugar de una democracia estemos viviendo en un estado presidencialista sin posible división de poderes.



Si el Estado en España, en teoría, está compuesto de tres poderes y uno de ellos prevalece a los otros dos estamos ante un régimen presidencialista, es decir, el Presidente tiene el poder del gobierno y el poder del congreso, que también ejerce a través de sus mayorías, y por fin, si nombra el gobierno de los jueces, nos dará la fórmula de la no-democracia.



Que duda cabe que el Consejo General del Poder Judicial no es un órgano jurisdiccional sino un órgano de gobierno, sus competencias son cubrir los puestos de jueces y Magistrados, ejercer inspección de los mismos y aplicar medidas disciplinarias, pero sobretodo, velar por la independencia del poder judicial. Podríamos decir que es un órgano que, entre otras competencias, debe proteger a los jueces en el desempeño de su función de dictar sentencias y hacerlas cumplir.



Según mi opinión los futuros miembros del Consejo General del Poder Judicial deben ser personas con actitud de mando y buenos gestores, pero, y de qué color político. Para mí, han de ser neutrales y sin adscripciones de ningún género. Por ello me rebelo a que sean elegidos por los políticos, pues han de ser elegidos por los mismos jueces que son los que mejor conocen sus aptitudes y debilidades. Con ello estaríamos poniendo una vela a Locke y no apagarla para siempre con nombramientos de vocales con etiqueta socialista, popular, nacionalista catalán o vasco, otra forma de reparto del pastel presupuestario y del poder presidencialista que debe ser del Estado.



Aunque yo añadiría a estos otros nombramientos los que se efectuarán del Tribunal Constitucional, que deberían ser elegidos todos ellos como vitalicios. Sí, para toda la vida, bueno, mientras estén en condiciones normales para desarrollar su puesto. Eso enriquecería singularmente su independencia, no esperarían ninguna renovación ni deberían su cargo a uno u otro partido, sólo responderían frente a los ciudadanos de su gestión y sus sentencias, tal como ocurre en USA con los jueces del Tribunal Supremo americano.



Por otro lado no me cabe en la cabeza que los miles y miles de buenos jueces y Magistrados de este país que no estén en ninguna de las asociaciones de jueces tengan menos posibilidades de ser elegidos para el Consejo General del Poder Judicial por ese solo hecho de no estar afiliado, ¿dónde está el principio de igualdad?



Si Montesquieu ha muerto y Locke no es recordado, la división de poderes que falta en España nos aleja de la democracia y nos acerca peligrosamente a un régimen presidencialista que tiene el poder ejecutivo, el legislativo y casi el judicial, además de hoy en día el más importante: el cuarto poder, esos medios apesebrados que tratan día a día, hora a hora, medio a medio en retorcer y cambiar la realidad y la historia, para eso incluso cuentan con los colegios……………………………………................QUE PAIS

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